📽 #51 Chatarra en Acción: Deathstalker (2025)

No conocía nada sobre este film llamado Deathstalker, pero al verlo me encontré con una lluvia de guiños a otras producciones fantásticas de espada y brujería, especialmente Conan el Bárbaro y sus imitadoras ochenteras. Sí conocía a su director, Steven Kostanski, responsable de películas que, para mi gusto, estuvieron bien, como Manborg o Psycho Goreman. Con ese repertorio esperaba pasar un buen rato. Sin embargo, me encontré con todo lo contrario.

La película, una clase B sin disimulo, puede resumirse como hora y media de ver una colección de monstruos grotescos realizando carnicerías exageradas. Hay gore por todos lados, gore gratuito que ni siquiera suma a la historia; simplemente está ahí porque el aire es gratis. Después de un rato, más que causar gracia o sorpresa, termina cansando. Entre tanto mutante distinto, como si fuesen sacados de las pesadillas de He-Man, y tanto baño de sangre desmedido, la saturación visual se vuelve agotadora.

Además, el humor constante le resta identidad y la vuelve torpe, lo cual es una lástima, porque los protagonistas no están mal: son agradables y con química. La trama —un elegido que debe enfrentarse a hechiceros que planean invocar a un dios destructor— es clásica, pero funcional.

De haberse tomado la historia un poco más en serio, huyendo del chiste fácil y el espectáculo visceral, quizá habría resultado una experiencia disfrutable. En cambio, se queda en una aventura genérica e incómoda de espada y brujería.

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