Esta película es una verdadera aventura sobre una monja que llegaría a ser la primera santa de los Estados Unidos: la historia de la Madre Cabrini, enviada por orden del Papa a la Nueva York del siglo XIX, más precisamente a los barrios donde vivían los inmigrantes italianos marginados por los neoyorquinos.
Fotograma. Madre Cabrini con el Papa.
Interpretados por Cristiana Dell´Anna y Giancarlo Giannini.
Siendo distribuida por Angel Studios (Sound of Freedom, 2023), no esperaba mucho de esta cinta, a pesar de mi interés por la historia de esta monja italiana. Y no fue sorpresa: es una película regular, con buenas intenciones.
El film Cabrini es bastante largo (2 horas y 20 minutos), y se vuelve aburrido a medida que avanza. No solo por la duración, sino por el enfoque: la trama se centra en la Madre Cabrini —obviamente— luchando contra la burocracia (política y religiosa), la xenofobia y el machismo de la época, con el objetivo de construir un orfanato donde los inmigrantes puedan tener una vida digna.
El problema es que se insiste tanto en estos conflictos burocráticos que termina cansando. Si bien la protagonista sufre una enfermedad pulmonar que le provoca desmayos, esto no afecta realmente su actitud —ella sigue adelante con su "misión divina" de ayudar al prójimo—, por lo que queda como un elemento secundario.
También aparecen personajes secundarios con subtramas que no aportan demasiado: algunas acciones suyas generan problemas para Cabrini, pero más que nada sirven para recalcar (una vez más) las duras condiciones de vida en ese barrio marginado. Se vuelve redundante.
Lo positivo: el final. Realmente se siente que todo lo que atravesó la protagonista tiene un sentido trascendental, con un desenlace satisfactorio. En ese tramo aparece el personaje del periodista Theodore Calloway, que para mí es de lo mejorcito del film, aunque no tenga mucha participación.
Como mencioné antes, Angel Studios distribuyó esta película. A diferencia de Sound of Freedom, Cabrini: Una Mujer Italiana no logró recaudar tanto dinero. Probablemente se deba a que no hubo la misma publicidad morbosa en redes que con aquella (“la película que Hollywood no quiere que veas”). Además, Sound of Freedom apuntaba a un público muy específico: cristianos de todas las denominaciones (recuerdo que un sacerdote la recomendó en misa) y también a un público más cercano a la llamada "derecha".
Logo del estudio cinematográfico
En cambio, con Cabrini fue todo lo contrario: no usaron publicidad sucia, y tampoco está claro a qué demografía va dirigida.
Personalmente, sentí que los productores intentaron apuntar a un público más amplio que el cristiano conservador. La película incluso podría parecer "progresista secular" por los temas de género y sexismo que enfrenta la protagonista, tanto desde el poder político como desde la misma Iglesia de Nueva York.
Sin embargo, creo que es demasiado conservadora para el público progresista, demasiado progresista para un público "facho", y para el público más casual, la vida de una santa católica no resulta tan atractiva. Supongo que por eso mucha gente no fue a ver este largometraje que, para mí (como espectador casual), es bastante olvidable, a pesar de sus buenas intenciones.
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